la Niñez, la Felicidad, la Magia.
Nosotros los dueños de la fuente de la juventud nos descuidamos de la niñez.
Pero la niñez se va tan fácil, como intentar retener el agua en un cedazo,
sin que medie el paso del tiempo.
sin que medie el paso del tiempo.
Se va cuando dejamos de sorprendernos por la belleza de la flor,
para ponerle precio.
para ponerle precio.
Cuando se acaba la magia de lo bueno
y emprezamos a creer que la esperanza no existe.
y emprezamos a creer que la esperanza no existe.
Cuando los sueños son cambiados por razonamientos absurdos y mezquinos.
Cuando nos deshacemos del perro que nos ha acompañado durante su vida
porque no es de la raza que está de moda.
Cuando nos creemos más inteligentes que otros,
porque tenemos unas cuantas monedas más en el bolsillo.
porque tenemos unas cuantas monedas más en el bolsillo.
Cuando creemos que las pertenencias son más importantes que las personas.
Cuando nos amargamos la vida
porque queremos poseer más de lo que necesitamos.
porque queremos poseer más de lo que necesitamos.
Cuando la vida de los seres vivientes la medimos
por si nos conviene o no, para ser más ricos.
por si nos conviene o no, para ser más ricos.
Y se se nos va la niñez, irremediablemente con ella se nos va la juventud.
Si poseemos alguna de estas cualidades de los "grandes hombres de negocios",
sabremos por seguro, que habremos perdido lo mejor de la vida;
sabremos por seguro, que habremos perdido lo mejor de la vida;
la vida misma.
Aguilar
Febrero 3 del 2003
Suecia.
Fotografias Lic. Juan Carlos Rivera
Quiero mostrar en grandes rasgos,
Porque estoy orgulloso de ser guatemalteco
Por su gente, sus idiomas desde el ch’orti hasta el akateko,
Por su gastronomía, por sus volcanes, montañas y lagos.
Instrumentos autóctonos como el tun, la chirimía,
Y la Marimba instrumento de percusión
Que dan vida a nuestra danza nativa el “son”
Entonan una hermosa melodía.
En las venas de mi corazón,
Resalta la imagen del Quetzal,
Libre e independiente ave nacional.
Sus colores místicos obtienen mi atención.
Soy de sangre azul y de blanca tez,
Como el bicolor de mi bandera,
País de la eterna primavera,
Que amare hasta el último día de mi vejez.
Los trajes típicos de mi gente son tan coloridos,
Que atrapan la mirada de extranjeros y nacionales,
Con sus colores tan peculiares,
Que toman el control de mis sentidos.
En la noche, las calles empedradas son bañadas,
Desde el Norte al occidente,
Como del sur al oriente,
Con los rayos de la luna plateada.
Soy guatemalteco, soy chapín
Y estoy feliz por haber nacido en este país,
Fui alimentado con frijoles y maíz,
Sin faltar los chuchitos, tamales de carne y tamales de chipilín.
Visita las ruinas de Huehuetenango y Petén,
O deleita tus pupilas con las aguas cristalinas de Semuc Champey,
Te harán sentir como rey,
¡Guatemala, nuestro huerto del Edén!